Capítulo 1: El nacimiento
15 de agosto de 1997. Covington, Luisiana.
Era una noche nublada en Covington, Luisiana. Amenazaba con
llover, algo que solo haría empeorar la situación reinante en la casa de los Somerhalder.
Katherine, la señora de la casa, se encontraba dando a luz a su segundo
hijo.
Era una familia tradicional, ya que a
pasar que ya existían los hospitales, todas las mujeres de esta familia habían
traído a sus hijos al mundo en casa. Pero eso si, siempre atendidas por los
mejores médicos, ya que eran una familia muy importante y poderosa, dueña de
una empresa farmacéutica.
Damon, se encontraba fuera de la
habitación que compartía desde hace varios años con su mujer. Junto a el estaba
Ian, su primogénito de 10 años, que esperaba con ansias la llegada de su
hermana o hermano. Ambos se encontraban
impacientes, Katherine se encontraba en trabajo de parto desde las 10 de la mañana
y ya eran las nueve, y aun no nacía el o la bebe.
Cuando Damon irrumpió en la
habitación, su mujer lanzó un grito desgarrador que llenó de temor su corazón y
el de su hijo.
—Tienen que salir—ordenó el doctor—esta
apunto de dar a luz—.
—No voy a salir de aquí por ningún motivo.
Me quedo junto con mi esposa a esperar a nuestro hijo.
—Como usted quiera señor Somerhalder—le
respondió el doctor que fue interrumpido por otro grito de Katherine—Tranquila señora,
inhale y exhale, y no se olvide de pujar.
—Claro doctor. Lo que usted diga. Damon
dame la mano—pidió casi sin voz Kate.
Y el trabajo de parto se prolongo diez
minutos más, en los cuales Kate sintió que se le iba la vida, pero no dijo nada
para no preocupar a su esposo.
Al final, se escucho el chillido de un
bebe que reclamaba oxigeno.
— ¿Qué es? Damon, ¿Qué es?—pregunto ansiosa
Kate con un hilo de voz.
—Una niña, una hermosa y saludable
niña. Eso es lo que tuvieron—contestó el doctor.
—Damon, Damon. Pásamela por favor. Quiero
verla.
—Toma, amor. Ves, esta hermosa.
—Si, lo veo—replicó Kate mientras
tomaba a su pequeña y frágil hija en brazos—Debemos llamarla Elizabeth, en
honor a Elizabeth de Inglaterra y a su abuela. Por favor.
—Por supuesto que se llamará Elizabeth.
—Gracias amor. No olvides que te amo.
— ¿Por qué hablas así cariño?—preguntó
extrañado su esposo.
—Por
el simple hecho de que a llegado mi hora, y me puedo ir en paz. Nunca lo
olvides te amo. Y dale a nuestra pequeña el collar que llevo, la cuidara y dile
que la amo—y después de esta palabras, Katherine perdió fuerzas y cerro los
hermosos ojos castaños que su hija heredaría.
—No.
Kate. Katherine. No. No me dejes a mí ni a tus hijos. Kate. Responde—dejo desesperado
Damon—Doctor haga algo.
—Salga
inmediatamente y llévese a su hija—ordenó el doctor.
10
MINUTOS DESPUÉS
—En
verdad lo siento. Hicimos todo lo que pudimos pero su esposa ya estaba muerta—comunicó
el doctor a un preocupado Damon y aun perdido Ian.
—
¡No!—gritó Damon mientras rompía en llanto y se desplomaba.
DOS
DÍAS DESPUÉS
En
un cementerio Damon y su hijo recibían mensajes de re-confortamiento de sus
seres queridos, después de la ceremonia religiosa en memoria de su esposa.
MOMENTOS
DESPUÉS
—
¿Qué piensas hacer hermano?—pregunto un tipo alto y musculoso de ojos verdes y
cabello castaño llamado Stefan.
—Pues
no puedo seguir viviendo aquí. Todo me recordaría
a ella. Me iré a Los Ángeles a atender de mejor forma el negocio. Tú
puedes encargarte de los demás asuntos aquí hermano.
—Claro,
hermano. Te comprendo y apoyo tu decisión y ¿Qué harás con tus hijos?
—Contratare
a una niñera para que cuide de ambos cuando yo no pueda hacerlo, pero voy a
intentar estar lo más pendiente de ellos. Me iré la próxima semana, cuando deje
todo listo aquí y tenga una casa a la que llegar.
—Entonces,
creo que es el adiós Damon. Saldré de viaje con Elena y regresare cuando te hayas
ido para hacerme cargo de todo aquí.
—Adiós
Stefan, hermano mío. Y gracias por tu apoyo y el de Elena. Ojala nos volvamos a ver, porque no pienso regresar.
—Iremos
de visita si el destino lo permite—replicó Stefan mientras abrazaba a su
hermano diciéndole adiós quizá para siempre.
SEIS
AÑOS DESPUÉS
Era
el primer día de clases para Elizabeth. Se encontraba sentada, esperando el
comienzo de la clase. Su padre había ido a dejarla a ella y a su hermano.
Ella
estaba ansiosa y nerviosa, nunca antes había estado en una escuela, ni siquiera
fue al jardín de infantes, debido al simple hecho de que había sido educada en
casa. Y temía no poder acoplarse y no llevarse bien con sus compañeritos, ya que
le costaba hacer amigos y sumándole el hecho de que era considerada una niña
demasiado inteligente, nadie la aceptaba.
El
timbre sonó y un niño de rizos rebeldes y cara angelical tomo asiento junto a
ella.
—Debes
ser la nueva, Nick Jonas. Un gusto en conocerte.
—Elizabeth
Somerhalder—contestó tímida la niña.
—Hey,
no tengas miedo, no como—dijo Nick con una sonrisa.
—Es
que casi no he tratado con otros niños y no tengo amigos.
—Pues
yo seré tu amigo para toda la vida y tal vez algo más—contestó Nick riendo.
—Si
amigos para siempre y tal vez algo más—ratificó Elizabeth sin saber cuan verdaderas
eran estas palabras.
Hasta aquí publico, espero les haya gustado, porque personalmente lo encontre algo aburrido y como que le falto algo. Y a esperar el proximo capítulo.
Tendran que esperar porque estoy de regreso a clases y esta pesado re-adaptarse.
Kisses
Frida