jueves, 20 de septiembre de 2012

Capítulo 4 Espiando


Capítulo 4 Espiando
La había vuelto a ver. Tras aproximadamente 3 años después de que le rompiera el corazón para que me dejara partir sin ataduras a la academia militar.
Seguía igual de hermosa y radiante que siempre. Era la Claudia de la que me había enamorado… De la que seguía enamorado.
Sus cambios tan solo habían sido físicos, como pude constatar al comparar la imagen de mi mente con la de la foto que me diera en nuestro último aniversario como novios.
Porque toda ella seguía siendo mi primer amor, seguía siendo la chica nerviosa que en los momentos importantes sacaba su fortaleza para volverse toda una líder nata.
Lo único que me faltaba comprobar es que siguiera siendo tan buena escritora.
Así que decidí entrar a internet para checar el blog de Claudia.
Recordaba como antes de ser novios me había pedido mi opinión acerca de escribir su vida en la red. Nunca había querido acabar con sus ilusiones y siempre le había dado mi apoyo. Lo único que la había pedido es que escribiera con un seudónimo y ella así lo había echo.
Ya estaba conectado. Me dirigió a mis páginas más frecuentadas, porque a pesar de estar en el ejército, se me permitía usar el internet, y en primer lugar estaba la de Claudia.
Entro y lo primero que encontró fue una entrada en la que notificaba su ausencia durante un mes.
Soy un pez hambriento Berman ha escrito:
Chicos y chicas que me leen, que son pocos y que aun son menos los que me comentan, les aviso que estas vacaciones de verano iré a pasar las vacaciones a la academia de equitación de una de mis tías y no podre subirles nada porque pienso relajarme y dejar de lado el internet.
Las historias serán continuadas en cuanto regrese.
Y que les puedo decir de la mía: Los besos robados saben tan bien pero te dejan tan atontado que no eres capaz de averiguar porque te lo robaron.
Besos.
Un pez que ya no tiene hambre. (Por el momento)

3 chocolates han comentado esto

Así que había hablado de nuestro beso. Al parecer no cometí una imprudencia al robárselo, la había gustado.
 Me iba a desconectar para terminar de preparar las maletas, pero me decidí a leer los comentarios, así que di clic en el enlace para ver los comentarios que había recibido.
María:
Cuídate mucho pez hambriento. Disfruta las vacaciones y espero que a tu regreso actualices la novela de Louder.
Alinzitha moxxa:
Qu3 t3Ngas uNas muy bu3Nas vacacioN3s y No olvides  Qu3 aQuí  ti3N3s uNa l3ctora fi3l. B3sos wuapa.
SRaimundo:
¿Cómo que una de mis escritoras favoritas se va de vacaciones sin invitarme? ¿Y me deja con el suspenso en la novela de Harry Potter? ¿Cómo osas hacer algo así? Y más importante ¿Quién ha sido el que te ha robado un beso? El único que puede hacerlo soy yo.
RESPONDEME Pez Berman.
Soy un pez hambriento Berman:
Me voy de vacaciones porque TODOS merecemos un descanso. Además de que ya te había dicho que eran unas vacaciones que esperaba y planeaba desde hace mucho. Necesito estar en contacto con la naturaleza. Sentir la libertad. E irme me ayudara a traer mejores novelas. Y sobre el beso es el chico que tu ya sabes.
SRaimundo:
El que me dijiste que su nombre empieza con N y su apellido con J???
Debes advertirle que lo golpeare si vuelve a tocarte, ya suficiente daño te ha hecho ¿no crees?
Soy un pez hambriento Berman:
Mejor no te hubiera dicho nada. Y ahora me celas, pff creía que éramos amigos, no novios.
SRaimundo:
No pasamos de amigos porque no me has dejado conocerte en persona, para terminar de enamorarme de ti. Ya amo tu personalidad, solo falta verte. Somos de la misma ciudad, es fácil arreglar un encuentro.
Soy un pez hambriento Berman:
……………………………………….

Así que mi queridísima y adorada Claudia tenía un pretendiente en internet que era de la misma ciudad.
Estaba con el riesgo de perderla. Eso NO podía ser.
—Hijo—entró mi madre a mi habitación sin avisar— ¿Ya tienes lista la maleta? No quiero que se nos haga tarde mañana. Te tenemos que ir a dejar al lugar donde trabajaras y eso quita tiempo para tomar el avión en el que el resto de la familia se ira de vacaciones.
—Solo me falta arreglar unas cosas—le contesté—Ahorita terminó de acomodar.
Y se fue. Debí entonces apagar la laptop y terminar de arreglar mi equipaje, algo que provocó que olvidara todo lo referente a Claudia y el SRaimundo, porque mientras hacía las maletas me concentraba en no fallar en mi trabajo de verano. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Capítulo 3 La carta


Capítulo 3 La carta

Querida Claudia:
Cuando escribía esta carta, pensaba expresarte todo lo que aun siento con tan solo verte u oír tu nombre, pero me di cuenta de que solo serviría para hacerme sufrir y hacerte sufrir a ti.
Preferí escribir acerca de los buenos momentos que me diste, pero el hacerlo también me traía recuerdos de los malos, pero al final todo se resume en que no pude darme cuenta de que tú nunca lo habías dejado de amar.
Tu siempre querrás a Nicholas Jerry Jonas, mas que a cualquier persona que pueda aparecer en tu vida. Como yo nunca podre olvidarte a ti mi primer amor, tu nunca podrás olvidarle a él.
“Y mejor escribí mis reacciones ante nuestra relación. Necesito que sepas lo que eres para mí, porque solo así podre liberarme.
Me había emocionado tanto al recibir un si a mi petición de que fuéramos novios. Ella era la chica que me había robado el corazón tras el primer día de clases en mi nueva escuela. Yo creía que nunca me aceptaría, no después de que su primer novio la dejara. Así que imaginaras mi reacción ante el sí. Me decidí  hacerla feliz. Pero pronto me di cuenta de ella no lo podía olvidar, era su primer amor.
Ella intentaba dar todo para corresponderme, para hacerme feliz. Pero seguía sin poder olvidarle. Eso me comenzó a consumir en dolor lentamente.
Y de alguna forma me volví dependiente de ti, porque había un momento en el que tú me regresabas las esperanzas a que lo nuestro funcionara. Cada gesto alimentaba mis ilusiones, algunas veces incluso pude ver una pizca de amor por mí en tus ojos. Pero siempre sucedía algo que hacía que te alejaras de mí, volvías a ser fría y distante. Nunca me besabas con el mismo amor que yo lo hacía, nunca me dijiste un te amo verdadero.
Y fue cuando entendí que tu lazo con Nick nunca se rompería, porque a pesar de que te hubiera roto el corazón su amor era de la clase que nunca muere. Siempre se amarían.
Deje de retenerte y te devolví las alas para que pudieras volar a su lado pero las mías junto con mi corazón se quedaron contigo, hasta ahora, que la conocí.
Ella es increíble y me quiere de la misma forma que la quiero. Y te dejo libre de culpas para que busques la felicidad.
El chico que se libera y te libera.
Jason.

Bueno Jonas aquí esta la carta.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Capítulo 2 Sentimientos al anochecer


Capítulo 2 Sentimientos al anochecer

Fuera era de noche, mi piel fue a dar con un aire frio.
Las estrellas iluminaban junto con la luna, la noche oscura.
Tomados de las manos, en silencio nos dirigimos al en ese momento solitario parque del barrio donde vivíamos.
Nos recostamos en el pasto. Nick apoyándose en un árbol y yo en su pecho. Nos abrazábamos como antaño, cuando éramos novios. Era como si el tiempo se hubiera detenido después del día en que el me pidiera que fuéramos novios. El tiempo en aquel lugar no había pasado, solo en nosotros, que nos veíamos un poco mayores.
Pero aquello solo era una percepción. El tiempo, vaya que si había pasado. En aquel entonces yo tenía 12 años y Nicholas 16, ahora yo tenía 16 y él 20. No éramos novios. Solo dos conocidos con una historia de amor acuestas.  
El silencio seguía reinando entre nosotros, pero no era un silencio incomodo que debía ser llenado. Era aquel tipo de silencio extrañamente bueno que indicaba que todo estaba bien, en su sitio. El que indicaba que era un momento mágico, especial, un momento que debía ser guardado en la memoria.
—Y…entonces—rompió el silencio Nick—Ya tienes 16 años. ¿Qué ha sido de tu vida?
Vaya ya empezaban las preguntas incomodas.
—Escuela. Estoy en el High School. Tarea. Todas esas cosas.
—¿Novio? —Preguntó como quien no quiere la cosa—Es de las cosas que recuerdo sucedían en las escuelas.
—Uno. Hace tiempo. Nada digno de mencionar. El insistió y yo acepte. Y tú ¿has tenido novia en la militar?
—No es fácil de hacerse de una novia en la escuela militar. Estas ocupado con las clases, los entrenamientos y las actividades extras. No negare que he tenido admiradoras.
—Eso hace parecer que la escuela militar es demasiado aburrida y exigente.
—¿Exigente? Lo es. ¿Aburrida? No. Tienes que estar ahí para darte cuenta de cómo es realmente.
—Tal vez no se aburrida pero estoy segura de que la escuela militar no es para mi. No soy de las personas que sigan las reglas sin rechistar. Yo nací para cuestionar todo lo preestablecido. En eso me parezco a mis padres.
—Eso siempre ha sido evidente en ti—corroboró mi forma de pensar—Pero no olvides que el cuestionarse todo fue lo que trajo a tus padres aquí, lejos de su país.
—Eso lo se bien—dije dando por terminado ese tema— ¿Así que no has tenido novia? —Si él podía hacerme preguntas incomodas, yo podía hacérselas a él.
—Decir que no he tenido novia, sería una mentira. Tuve una hace tiempo. Nada digno de mencionar. Era una chica hermosa pero superficial. No era parte del ejército. La conocí en uno de los bares que los soldados acostumbramos frecuentar. Pero no teníamos nada en común. Todo era tan solo atracción.
—Entiendo. Recuerdo el momento cuando me dijiste que eras el tipo de persona que construye una relación a base de amor y cosas en común. Me alegra que no hayas cambiado esa parte de ti.
 —Creo que solo algo realmente fuerte o difícil podría hacerme cambiar. Y a mi me alegra que sigas siendo la chica que siempre me entiende, no como ella, que no lo hizo y solo provocó una relación tormentosa que no terminó de la mejor forma. ¿Y cual fue tu razón de terminar con el chico que no es digno de mencionar?
—Hay tantas razones, pero creo que la que realmente me alejo de el, es que yo no sentía lo mismo. Siempre lo vi como aun amigo, y nuestra relación siempre la definí como una de amistad. Nunca puede tornarla romántica.
 —Y ¿la escuela? —preguntó Nick, cambiando de tema.
—Sabes que no soy la mejor alumna, en comparación tuya. No sacó dieces pero tengo con que defenderme. Y aprendo, que es lo que realmente importa. ¿Y a ti que tal te va en la militar?
—Aun tengo el rango de soldado pero porque aun no acabo la escuela de medicina. Cuando lo haga podre ascender.
—Que logras todos tus sueños y metas…
—…sin olvidar el arduo camino que te llevo a la cima. Recuerdo nuestro juramento, gracias por las porras y que esto también se cumpla para ti—completó nuestro antiguo juramento Nick, mientras yo miraba al cielo y sonría. Y una voz masculina intervino, destruyendo la magia del momento.
—Realmente no me gusta tener que interrumpirlos—dijo la voz que pertenecía a Joe—pero mamá dice que es hora de regresar a casa Nick. No quiere que nos desvelemos, porque hay que levantarse mañana temprano para el viaje. Y… Claudia tu mamá te esta buscando.
—Entiendo—dijo Nick sin mirarlo— ¿Podrías decirle a mamá que ya voy y que nos vemos en la casa? —Y me tendió la mano para ayudarme mientras nos levantábamos del pasto.
—Claro—concedió Joe—Pero no te tardes.
—Creo que ha llegado la hora de finalizar tan buena charla—me dijo Nick después de que Joe se fuera.
—Si—corroboré—Y creo que será la última en bastante tiempo, porque creo que ambos tenemos planes de viaje en estas vacaciones. Desearía que hubiéramos podido ponernos más al corriente, esta charla dijo muy poco.
—Lo se—confirmó mis palabras—Creo que debemos dejarla como pendiente y retomarla mas tarde. Aunque personalmente a mí me dijo lo que mas ansiaba saber y así no arrepentirme de tomar lo que quiero—y comenzó a acercárseme dejándome intrigada.
—¿A qué te refieres con tomar lo que quieres?—comencé a preguntar—No te…—pero calló mis labios con un sorpresivo y dulce beso que yo respondí.
No se cuanto tiempo duró el beso, pero el tuvo que separarse de mí ya que no podíamos respirar.
Yo estaba desconcertada por sus últimas palabras y sus acciones:
—¿Te arrepentirías de este beso?—le pregunté.
—Del beso nunca me arrepentiría—comenzó a responder—Lo que provocaría sentimiento de culpa sería saber que podría a ver arruinado tu relación con tu novio con este beso, pero no tienes. Por eso necesitaba saber si estabas con alguien, porque es evidente en los ojos  de tu ex, que el aun te quiere—y comenzó a separarse de mi—Nos vemos cuando regresemos de las vacaciones. Cuídate Claudia.
Y lo vi alejarse de mí, rumbo al camino que llevaba a su casa, mientras yo por culpa del beso temblaba de forma un poco incontrolable, algo que impedía que pudiera moverme.
Yo no esperaba aquel beso en nuestro reencuentro. Realmente yo no esperaba siquiera volver a verlo.
Unos ruidos detrás de mí, fueron los que provocaron que retomara el control de mi cuerpo. Los ruidos eran los de un par de pies caminando sobre el pasto. Normalmente en la noche todos los ruidos se magnificaban.
El dueño de aquellos pies era Jason mi otro ex.
Enfrentarme a los dos, no era precisamente lo que yo deseaba hacer en mi cumpleaños número 16.  
—Él, Nick, no mentía—dijo con tan solo ponérseme enfrente—Yo aun te quiero.
—¿Nos viste? —pregunté angustiada. Si en verdad aun me quería el beso solo provocaría sufrimiento en el, algo que había jurado dejar de hacer cuando habíamos terminado.
—Si los vi—respondió—Seguí a Joe, cuando lo mandaron a buscar a su hermano. Deseaba darte tu regalo a solas—y de la bolsa de su pantalón sacó un sobre que me tendió, el cual yo cogí—Además de que tu madre pe pidió que te dijera que tu hermano vendrá a recogerte. Al parecer no quiere que regreses sola. Nos vemos luego Claudia. Lee la carta a solas.
Mire el sobre que tenía en las manos, como si fuera una bomba. Las cartas de Jason siempre contenían confesiones sentimentales que me hacían sentirme culpable de mis acciones, al no poder corresponderle.
Rasgué el sobre que tenía entre las manos y cuando me disponía a sacar el papel que contenía, mi hermano Alberto llegó por mí. Así que guarde rápidamente la carta, en la bolsa de mi vestido.
—Claudia vamos que es tarde—dijo tendiéndome la mano para que me acercara. Al estar a su altura tocó mi piel descubierta— ¡Por Dios! Estas helada—y me abrazó, mientras con sus manos recorría mis brazos para que con la fricción entrara en calor—Si no te resfrías, será un milagro.
Y regresamos a casa en silencio.
Ya todo estaba recogido. Los invitados se habían marchado. Mamá había subido mis regalos a mi habitación.
Tras tomar un vaso de leche con una rebanada del pastel de cumpleaños subí a mi cuarto.
Ya me había bañado en la mañana antes de la fiesta, pero sentía tal cansancio que consideraba necesario volver a bañarme para poder descansar mejor. Así lo hice.
Salí del baño, ya con el pijama puesto. Secándome el corto cabello con la toalla.
Mi vestido estaba tirado junto a la cama y recordé la carta.
La saque de la bolsa y sobre y comencé a leer.


 ¿Qué les pareció? 

viernes, 7 de septiembre de 2012

Capítulo 1 Fiesta de cumpleaños


Novela Nunca me abandones


Capítulo 1 Fiesta de cumpleaños
Todo comienza con mi cumpleaños número 16 y con el diario que recibo de parte de la tía Elena. Tía que siempre, hasta ahora me ha dado buenos regalos, útiles. Pero por primera vez, me da algo a lo que no le encuentro utilidad, por que ¿de que me serviría un diario si tengo un blog donde esta mi vida contada junto con las locas historias que saco de mi loca cabeza?

Pero no tengo otra opción que el aceptarlo con una sonrisa, prometiendo que lo usare.

Y después de ese incomodo momento paso a los demás regalos que aun siguen apilados en la mesa redonda, donde fueron colocados los regalos que no eran de mis familiares.

Miro las grandes cajas, mientras pienso cual debo escoger. ¿Cual es la caja que contiene lo que me de alegría y lleve una sonrisa genuina a mi rostro?

Me encuentro en eso de analizar las cajas cuando algo me llama la atención. Un estuche de terciopelo rojo, demasiado pequeño en comparación con las demás cajas.

Al tomarla puedo apreciar los delicados ornamentos de metal y brillantes incrustados, que solo aumentan mi curiosidad. Así rápidamente la tome entre mis manos y al abrirla puedo ver un colgante en forma de mariposa o corazón dependiendo del ángulo en que se mire y  hecho en lo que parece es plata pura. La caja no contiene tarjeta alguna, pero deduzco quien de los presentes puede permitirse tan caro regalo: los Jonas. Familia que años atrás llegara a nuestro barrio a vivir junto con sus hijos, de los que pronto toda mi familia nos hiciéramos amigos.

Cuando levanto la mirada para agradecerles el regalo, esta se encuentra con la de Nicholas, uno de los hijos menores junto con el pequeño Frankie. A su lado se encuentra el resto de su familia. Sus padres, sus hermanos Joe, Frankie y Kevin, este último acompañado de su esposa Danielle.
Todos ellos han sido mis amigos sin mencionar que Danielle es la mejor amiga de mi hermano mayor y como la hermana que no tuve y siempre quise.

—Gracias por el regalo—les digo inclinando la cabeza, en dirección de Denisse y Paul mientras sentía que Nick tenía la vista clavada en mí.
—No tienes que agradecer—dijo Denisse—Te lo damos de todo corazón por ser de los que nos aceptaron sin preguntas—ante esas palabras algunos de los vecinos invitados se removieron incómodos.
—Aun así debo decir gracias, esta hermoso el collar.
—Una cosa hermosa para adornar el cuello de una persona aun más hermosa—dijo Paul—O eso al menos es lo que dijo Nick cuando escogió el regalo—ante eso ambos nos volteamos a ver sonrojándonos.
—¿Tu lo escogiste?—pregunté sorprendida.
—Si. Lo escogí—respondió mientras veía al suelo—Me pareció que te gustaría y aun no olvido la vez en que me dijiste que te gustaban las mariposas—y esto lo dijo viéndome a los ojos, como intentando descubrir si yo lo había olvidado.

Pero… Como olvidar aquella tarde en la que recibiera mi primer beso. Como olvidar todos los sentimientos que me recorrieron al sentir sus labios contra los míos, los de una niña inexperta en esos temas.

Acaba de cumplir los once años. Mi corazón comenzaba a latir y las manos a sudar con tan solo ver el cabello rizado de Nick o sus ojos o el al completo. Acababa de entrar a la adolescencia y mis sentimientos se habían magnificado como los de un vampiro. Pero nunca me atreví a decirle lo que sentía hasta que un día en el que nos habíamos quedado solos, estudiando el me beso y me dijo que tenía los mismos sentimientos para conmigo que yo para con el. Y me había preguntado que cosas me gustaban mas y yo había respondido que las mariposas, porque soñaba con poder volar libre como ellas.

—Pero lo considero un regalo demasiado caro—replicó mi madre, situada atrás de mí, regresándome a la realidad con sus palabras.
—En Estados Unidos se celebran los 16 años y es cuando se dan los mejores regalos—dijo Joe—Además es un regalo de toda la familia, todos colaboramos para comprarlo. Y es un regalo no se puede devolver—y todos reímos con sus palabras.
—Bueno dejemos las discusiones ¿Quién me lo puede poner?—pregunté ante lo cual se ofrecieron el pequeño Frankie, mi hermano pequeño Matías y Nicholas.
—Creo que debería ayudarte a ponértelo el que lo escogió para ti—intervino mi hermano mayor Carlos antes de que yo pudiera quebrarme el seso para escoger a uno.
—De acuerdo—dijimos los dos al mismo tiempo, mientras el se acercaba a mí, tomando la caja de mis manos y yo echaba mis cabellos a un lado del cuello.

Sentí sus manos, acariciando mi cuello, al colocarlo. Haciéndome temblar con el roce de sus dedos.
Cuando se separo de mi sentí que el mundo se acabaría.
 —Tenías razón al decir que se le vería muy bien—dijo Kevin a lo que los presentes asintieron.
—Te ves hermosa—dijo Frankie al cual abrace en forma de agradecimiento.
—Gracias—dije sonrojándome, mientras pensaba vaya forma de reencuentro con Nick. Años sin verlo, desde que partiera a la escuela militar y ahora yo con mi vergüenza me la pasaba sonrojándome. ¡Oh, Nick! Mi primer amor, mi primer beso, mi primer novio y la…primer ruptura de corazón.

En definitiva necesitaba un momento a solas. Así que tras asentir con mi cabeza en dirección de la familia Jonas me decidí a dar un anuncio: Gracias a todos por haber venido a mi fiesta y por sus regalos. Los abriré cuando este a solas. Son muchos y creo que todos preferirían continuar con la celebración, en lugar de verme abrir bolsas y cajas.

Mi madre me miró con cara atónita. Normalmente no era tan directa.  Normalmente no decía lo que sentía o pensaba. Esa no era la forma de ser para alguien como yo. Alguien que vivía en un barrio respetable de Atlanta. No era la forma de comportamiento para una chica de sociedad y perteneciente a una familia que había tenido que escapar de su país, México para salvar la vida por ser perseguidos políticos de gobierno. Esa no era yo.

Tras mi muestra de pocos modales, subí prácticamente corriendo a mí habitación en el segundo piso. No se como pude llegar tan rápido si las piernas me temblaban. Pero, aun con eso, pronto pude estar en mi cuarto admirando el paisaje natural que se conservaba en el barrio. 
Pero ni admirando los grandes árboles dejaba de estar tan exaltada. Mis manos sudaban y la frente la sentía arder al igual que mis mejillas.

Mi tumbe sobre el colchón en el momento en que sentí mi teléfono vibrar dentro de la bolsa de mi vestido verde.

Al verlo en la pantalla encendida ponía un mensaje proveniente de Jorge, mi mejor amigo. Me avisaba que su coche, una vieja carcacha comprada con los ahorros de su primer empleo, había vuelto a fallar y tardaría en llegar a la fiesta. Algo que solo aumento mi nerviosismo.

Jorge
Lo había estado esperando desde el momento en que desde el piso superior viera entrar a Nicholas a mi casa. Lo necesitaba. Necesitaba a la única persona que me entendía de verdad. La persona que con escucharme y decirme algunas palabras me volvía valiente. Necesitaba su consejo de cómo enfrentarme a Nick, de cómo tratarlo.

Mis manos aun temblaban cuando le respondí que no se preocupara, no tenía inconveniente alguno con su tardanza. Y el sentimiento me invadió. Ese que me hacia sentir que no quería que la fiesta continuara porque si lo hacia me vería obligada a bajar y tratar con Nick.
Alguien llamó a la puerta y antes de que pudiera responder un adelante, mi madre entro en la habitación.

—¿Ten encuentras bien cariño? —me preguntó y se sentó en la esquina de la cama mientras yo me reincorporaba.
—Si, estoy bien—le contesté poniendo la sonrisa de felicidad mas falsa de mi repertorio.
—¿Y tu crees que yo me chupo el dedo?—objetó poniendo mala cara.
—¿En serio? ¡No me digas!—dije tras poner cara de sorpresa—Yo ya lo sospechaba.
—Chamaca payasa—me regañó mi madre y mirándome a la cara me dijo: —Te afecto el verlo. ¿No?
A mi madre no podía mentirle así que lo acepte.
—Si. Estoy muy nerviosa. No tuve tiempo de prepararme mentalmente para el momento de volver a verlo, ni de sacar valor para tratarlo como a un conocido o viejo amigo. ¿Por qué no me dijiste que volvía?
—No lo sabía—contestó ella—Para mi también fue una sorpresa.
—Aja. Ahora soy yo la que se chupa el dedo. Y tú…Como no lo ibas a saber—dije sarcástica—Eres la mejor amiga de Denisse mamá. Debía haberte mencionado algo.
—¿En verdad crees que te ocultaría algo tan importante?—me preguntó—Se como te afecta Nicholas Jonas, Claudia. Se lo se siente. Yo lo viví con mi primer amor.
—Que evidentemente no fue mi padre.
—No. No lo fue. Debes saber y entender que normalmente no terminamos a lado del primer amor o con nuestro gran amor. Y creo que es hora de que salgas de esta habitación señorita. Una fiesta no puede seguir si no esta la festejada—y levantándome a la fuerza, me llevo a rastras rumbo a las escaleras, donde me empujo para obligarme a bajar. Algo que provoca que por poco callera sobre Joe.
—Mete el acelerador—dijo al verme y tras sentir el golpe que le tuve que dar para moverlo y recuperar el equilibrio—Baja la velocidad, que casi me matas.
—Créeme que no era mi intención acabar con la vida del guapísimo, egocéntrico de Joe Jonas. Si lo hiciera o si quiera lo intentara todas tus lindas fans me linchan. Y buscarían la forma de revivirte y si no lo logran estallaría la tercera guerra mundial.
—Que graciosa—dijo poniendo mala cara—Al menos por mí harían algo. No que tu, nadie te extrañaría. Tras tu muerte pasarías al olvido.
—Gracias por recordarme que no soy nadie.
—Claudia—me dijo con cara de consejero zen—No te esponjes. Vive la vida. Disfruta tu fiesta. Relájate.
Y una voz a mis espaldas en ese momento intervino para evitar que siguiéramos con nuestro intercambio de frases.
—Claudia—me llamó Frankie--¿Querrías bailar conmigo? Ninguna de las demás niñas quiere hacerlo.
—Claro que sí—le conteste para que dejara de lado su congoja—Yo nunca desaprovecharía la oportunidad de bailar con alguien tan guapo y apuesto como tu.
—¿Y que dirías respecto a mí?—habló una voz que mi mente recordaba y tenía registrada como hermosa—¿Desdeñarías un baile conmigo?
—Eso sería una falta de respeto—contesté sería—Y más si se le niega un baile a alguien quien lo pide de forma tan respetuosa.
—Pero bailara contigo después de que haya bailado conmigo—intervino Joe.
—Y tu bailaras con ella después de que yo lo haya echo—apuntó el pequeño Frankie dirigiéndose a Joe y tomando mi mano, de una forma posesiva.

Nos dirigimos al vestíbulo de la casa, donde la música sonaba, seguidos por la mirada de Nick.
Nos movíamos sin seguir ninguna regla específica de baile. Lo importante era disfrutar de la música, sentirla en el cuerpo y así el tiempo voló y en un momento me encontré en el fin de mi pieza con Joe.

—Te dejo querida—habló con sonrisa picara—Si te acaparo mas tiempo Nick me asesinara.
—Esta bien—acepte y me quede parada en medio de la pista de baile y Nick se acerco.
—Al fin podre pasar un momento contigo—me dijo. Comenzábamos a movernos cuando alguien conocido apareció detrás de Nick.
—¡Al fin llegaste enano! —grite pasando de Nick y lanzándome a los brazos de mi querido mejor amigo—Creía que no llegarías.
—¿Y dejarte sola en tu cumpleaños?—me preguntó—Nunca nena. Felices 16.
—Coff—tosió falsamente alguien detrás de mi amigo—Hola Claudia.
—Jason—le salude al ver a mi antiguo novio. El chico en el que me había refugiado en mis fallidos intentos de sacar a Nick de mi cabeza y corazón. Lo había roto y sabía que estar aquí era doloroso para el.
—No es por interrumpir pero Claudia me debes un baile—intervino Nick.
—Te la devuelvo—dijo mi amigo empujándome hacia Nick. No tendría su consejo para como tratarlo. 

Regresamos a la pista y comenzamos a movernos al ritmo de la desenfrenada música. Don´t Stop de Fosther the people era de mis canciones favoritas. Pero era el final. La canción paso a una parecida a un vals. Utopia de Within Temptation.

(Den play y lean entre lineas)
The burning desire to live and roam free

It shines in the dark
And it grows within me

You’re holding my hand but you don't understand
So where I am going, you won't be in the end

I’m dreaming in colors
Of getting the chance
Dreaming of china, the perfect romance

The search of the door to, open your mind
In search of the cure of mankind
Help us, we're drowning
So close up inside
Why does it rain, rain, rain down on utopia?
Why does it have to kill the ideal of who we are?
Why does it rain, rain, rain down on utopia?
How will the lights die down, telling us who we are?

No tuve remedio que pegar mi cuerpo al de el. Bailamos en silencio, sin decirnos absolutamente nada. Hasta el momento en que nuestros ojos se encontraron diciéndolo todo

I'm searching for answers, not given for free
You're hurting inside, is there life within me?

You're holding my hand but you don't understand
taking the road all alone in the end*
I'm dreaming in colors, no boundaries are there

I'm dreaming the dream, and I'll sing to share
In search of the door, to open your mind
In search of the cure of mankind
Help us, we're drowning
So close up inside
Why does it rain, rain, rain down on utopia
Why does it have to kill the ideal of who we are?
Why does it rain, rain, rain, down on utopia?
How will the lights die down, telling us who we are

Why does it rain, rain, rain down on utopia
Why does it have to kill the ideal of who we are?
Why does it rain, rain, rain down on utopia
How will the lights die down, telling us who we are
Why does it rain?  

La canción termino y salimos de aquel lugar. Como si  lo hubiéramos acordado.

_________________________________________________________________________________
Hasta aquí mis queridas lectoras. Que les pareció? 



domingo, 2 de septiembre de 2012

Novela Nunca me abandones: Prefacio


Novela Nunca me abandones
Prefacio
Un vestido inmaculadamente blanco colgado de una percha es lo que puedo ver cuando volteo a mi derecha. Al mirar de frente me encuentro con un espejo que me devuelve el reflejo de una mujer muy bien peinada y maquillada que se que no soy yo. Bajo la vista y veo el sobre rasgado sobre mis piernas que contiene la carta que me daba el perdón tan deseado, pero que a la vez  me obligaba a tomar una decisión entre los tres caminos hacia mi destino.
Tras de mi esta la puerta por la que tendré que salir para tomar el camino que haya elegido.
Y en mi cama esta la computadora, con el blog abierto donde tiempo atrás vertiera mi corazón y mi alma.
El reloj avanza, ya no queda tiempo. Pero aun así tengo que contar mi historia.

Bien nueva novela para Clau Jonas

lunes, 13 de agosto de 2012

Capítulo 10 Noticias inquietantes


#All I Need

Capítulo 10 Noticias inquietantes

Nick y Elisa fueron los últimos en abandonar la piscina y por lo tanto los últimos en subir a ocupar sus habitaciones. Iban envueltos en toallas, riendo. Realmente era Elisa la que reía ante los chistes que Nick le contaba, mientras interiormente se alegraba de que todo entre ellos estuviera bien, de que aquel no hubiera cambiado en nada su amistad.
Y siguiendo su costumbre ambos entraron al cuarto de Elisa a escribir sus diarios, para después intercambiarlos y que el otro leyera lo que había sucedido en la vida de su amigo, aunque realmente lo escribían juntos. Pero Elisa decidió cambiar de actividad ese día…

— Para Nick—comenzó a decir Elisa entre risas que eran provocadas por las cosquillas que la hacía Nick— ¡Basta!
— ¿Qué te pasa calabaza?—le preguntó Nick después de que ambos cayeran encima de la cama de Elisa a causa de las cosquillas.
—Ya se que la costumbre es que escribamos nuestros diarios, pero hoy quiero cambiarla—habló Elisa mirando a un Nick sorprendido.
— ¿Y…eso porque?—le preguntó Nick.
—Quiero que escribamos una canción—contestó Elisa— ¿Recuerdas la que dejamos incompleta?
—When you look me in the eyes, claro que la recuerdo—le dijo su amigo—Pero la estamos escribiendo entre todos, Joe, Claudia, Annie, Kevin, Ian ¿Recuerdas?
—Claro que recuerdo, pero quiero darle una sorpresa a Ian, cantársela mañana en la comida o cena. No lo se.
—Creo que es buena idea—aprobó su amigo—Voy por mi guitarra y las partituras—Nick se levantó de la cama y se dirigió a su cuarto, y Elisa aprovecho para ponerse su pijama y tomar su guitarra.
En el cuarto de a lado Nick también se ponía el pijama mientras tomaba su guitarra y la partitura con titulo: When you look me in the eyes.
Regreso al cuarto de su amiga que ya se encontraba sentada en su cama, sacando acordes distraídamente.
En la pequeña sala de la biblioteca de la casa de los Somerhalder
— ¿Qué le ocurre a mi hermana?—preguntó de inmediato tras sentarse Ian.
— ¿No gustas algo de beber?—le dijo su padre.
—No estoy aquí para una linda charla—dijo Ian cortante—Quiero saber que le ocurre a mi hermana.
—La viste ¿No?—dijo Damon.
—Claro que si—dijo Ian confundido— ¿Por qué la pregunta tan obvia?
—Estaba intentando saber si viste lo delgada que esta—habló su padre.
—Siempre ha sido delgada—comenzó a decir Ian—Pero desde que me visito en Atlanta, es obvio que adelgazo bastante ¿Por?
—Tu hermana a últimas instancias ha dejado de comer, algunos días ni siquiera come.
— ¿Qué…estas intentado decir?—comenzó a preguntar Ian— ¿Estas…diciéndome que Elizabeth es…anoréxica?
—Si es lo que quería decir—corroboró su padre—Eso o tiene la enfermedad de tu madre.
—No, eso no. Es imposible—negó Ian—No ha tenido ninguno de los otros síntomas. ¿O sí y tú me lo has estado ocultando?
— No, no ha tenido ningún otro síntoma—le calmo Damon—Pero quiero estar seguro de que esta completamente sana y por eso necesito pedirte algo.
— ¿Qué?—preguntó Ian.
—Que mañana a primera hora lleves a tu hermana al hospital a realizarse los análisis que descartan que tenga la enfermedad de tu madre, yo lo haría pero como tu tío Stefan está aquí nos dedicaremos a hablar de negocios.
—Esta bien padre—cedió de inmediato Ian que se levantó para salir de aquel lugar—Yo la llevo, pero… ¿Ella sabe que vamos al hospital?
— Claro que lo sabe—dijo Damon sentándose en su escritorio mientras su hijo salía de la biblioteca—Gracias hijo—Ian solo sonrió ante aquel gesto de su padre mientras se retiraba a su cuarto en una casa a oscuras.
En el cuarto de Elizabeth
——cantaron juntos Nick y Elisa.
—Creo que no podremos acabar esta canción hoy—le dijo a su amigo Elisa, bostezando.
—Te doy toda la razón—corroboró su amigo también bostezando—Mejor ya me retiro a dormir—Nick se levantó de la cama de su amiga.
— ¡No!—se negó su amiga—Hoy quiero que te quedes a dormir.
— ¿Segura?—le preguntó Nick—Estoy cansado, no quiero dormir en tu sillón o en tu mecedora.
— No dormirías ahí, si no conmigo—dijo Elisa—En mi cama. Quiero que me abraces.
—Siempre que pides eso es porque tienes pesadillas—pensó su amigo en voz alta.
— ¿Olvidas que hoy me despertaste sacándome de una?—preguntó su amiga.
— No lo olvido—dijo Nick mientras ayudaba a su amiga a recoger las partituras colocándolas a lado de la cama junto con las guitarras de ambos y metiéndose a la cama con su amiga, abrazándola.
Pronto se quedaron dormidos, completamente rendidos por los preparativos y la recepción. Durante toda la noche no dejaron de abrazarse y las pesadillas nunca volvieron a los sueños de Elisa, y así abrazados los encontró Ian al día siguiente cuando fuera a buscar a su hermana.
Hola, tras mi larga ausencia regreso con este capitulo largo dedicado a Clau Jonas y Lizz las moxas del salón.