Capítulo 2 Pesadilla
El astro rey iluminaba todo, inundándolo todo con su luz, dando un toque irreal a la escena. Niños corrían por los jardines, llenando con sus risas todos y cada unos de los rincones de la enorme casa donde se encontraban pasando el verano.
Sus padres los observaban sonriendo ante sus ocurrencias y preocupándose cuando buscaban hacer peligroso o estúpido.
Una de las niñas se alejo al ver que sus padres se iban del lugar con caras largas y preocupadas. Ella los siguió sigilosamente, observando que entraban a un cuarto.
La niña se asomo cuidadosamente, viendo a sus padres que comenzaron a hablar y así ella escucho una conversación escalofriante:
-Estoy embarazada otra vez Damon-dijo la hermosa mujer que era su madre.
-¿Qué? No es posible. Nunca hemos dejado de usar protección-le contesto su marido.
-Damon, olvidas que cuando dejo de llegarme la regla el medico ordeno que dejara de tomar pastillas anticonceptivas. No las he vuelto a tomar.
-Pero ese no es un factor influyente porque yo he usado condón cada vez que hemos estado juntos, haciendo esta situación imposible.
-Recuerda la vez que el condón se rompió. Para ese entonces ya no tomaba ninguna pastilla.
-Bueno ya dejemos aun lado las explicaciones. Sabes que no puedes tener más hijos. Ian casi te mata. Tu anemia y el embarazo te han ido debilitando con el tiempo y si decides tener al bebe, morirás. Para mi es difícil decirlo, sabes que siempre soñé con una gran familia, pero tienes que abortar. No puedo perderte.
-¿Aborta a mí bebe? NUNCA. Con Ian no lo hice y con este o esta bebe tampoco lo hare. Prefiero dar mi vida por la de mi bebe. ¿Entiendes?
-Te entiendo, pero también entiende que no quiero perderte. Eres débil y no muy joven. No aguantaras.
-No me importa la muerte se a cambio recibo un hijo sano y salvo. No insistas, traeré a mi hijo al mundo sin importar el precio que deba pagar para lograr mi propósito. Y sabes que yo nunca tomare el camino de abortar.
-Bien. ¿Entonces darás tu vida por la del bebe? ¿Qué no piensas en que le transmitirás tu debilidad? Ian tuvo suerte de no nacer enfermo dudo que tú bebe la tenga.
-¿Mi bebe? Te recuerdo que es nuestro hijo.
-No es mi hijo, no mientras tu vida este en peligro.
-Por varo. Entiende que yo lo quiero, lo amo. Todo va a estar bien. Sabes prácticamente he olvidado que es tener a un pequeño bebe en brazos.
-Si ese bebe te mata juro que lo doy en adopción.
-No lo odies antes de nacer y si le haces algo te odiare toda mi vida.
Y la escena comenzó a volverse difusa, como si no fuera real y de pronto alguien la llamo devolviéndola al presente.
-Eli. ¡Elizabeth Somerhalder reacciona!—le dijo su apuesto hermano mayor mientras agitaba una mano frente a la cara de su hermana—Yo y me voy y tu pensando en la inmortalidad del cangrejo.
Ian Somerhalder. El hermano mayor de Elizabeth y la copia físicamente exacta de su padre, con el que no comparte los intereses ni ideales. Sobre protector con su hermana, la quiere sobre todas las cosas y no permite que la dañen. Nick le parece un buen chico y desearía que empezara una relación con su hermana.
Es trabajador social y tiene una fundación.
-Lo siento, Ian. Estaba recordando algo que algún día me contaste—se excuso su hermana.
-Pues recuérdalo después porque yo ya me voy, y sabes que no me gusta despedirme o hablar contigo cuando estas en Marte soñando con ponis rosas.
-No estaba soñando con ponis rosas—se quejo su hermana.
-Lo se, lo se. Te amo hermanita. Cuídate mucho y pórtate bien. Pronto vendré de visita lleno de regalos para ti. Pero antes toma este sobre. Guárdalo muy bien que papá no lo vea y léelo cuando estés a solas.
Y las únicas palabras de Elizabeth fueron: -Adiós hermano. Vuelve pronto.
-Te prometo que volveré tan pronto que no tendrás tiempo de extrañarme—dijo Ian mientras se fundía con su hermana en un abrazo.
-Adiós hijo—dijo una versión vieja de su hijo. Damon ya era un hombre cansado por los años—Cuídate allá a donde vallas. Y llámanos, no olvides comunicarte con nosotros cuando llegues a tu destino.
-Lo hare en cuanto llegue a Atlante. Nick cuida de mi hermana. Sabes que es lo único que me dolería perder.
-La cuidare—fueron las palabras que Nick pronuncio como un solitaria promesa al hermano de su mejor amiga.
Y siguieron las despedidas. Para cuando el taxi que llevaría a Ian al aeropuerto se fue Elizabeth ya había subido las escaleras que llevaban al pasillo donde se encontraba su habitación que hace mucho había dejado de ser la de una niña. Ya no estaba pintada de rosa y morado ni había repisas llenas de juguetes y muñecas, ya que estos habían pasado a ocupar cajas siendo sustituidos por discos, libros, películas.
Su pared ya no estaba decorada con estampas y posters de Barbie, sino que ahora era una extraña combinación entre sus cosas favoritas: Harry Potter, Narnia, Sherlock Holmes, Los Juegos del Hambre y las fotos de sus seres queridos: sus padres, su nana, Nick su mejor amigo, Susan su mejor amiga, Joe y Kevin los hermanos de Nick, su hermano y su perrita. También había fotos y posters de sus grupos de música favoritos: Mägo de Oz, Within Temptation, Queen; sus escritores preferidos y su idola de la moda Nina Dobrev.
Se lanzo sobre la cama de cobijas blancas con dosel y saco la carta de la bolsa trasera de su pantalón. Lo abrió y comenzó a leer.
Nunca fui capaz de decir esto públicamente pero siempre estuvo presente en mi mente cada vez que te veía bajar las escaleras y entrabas a la cocina a desayunar. También lo estuvo cuando te veía saludar a papá, a mi, a tus amigos. Cuando sonreías o reías, o cuando nos hechizabas con tu voz al leer, al cantar o al tocar el piano. Siempre venia a mi el mismo pensamiento, de que tu eras la culpable de que mamá no estuviera con nosotros, porque toda la vitalidad de la que te veías llena la hacer todo lo que ya mencione se la robaste a mamá al crecer dentro de tu vientre, debilitándola.
Te conté la conversación que pude oír entre mamá y papá para llenarte de culpa, porque yo se que si mamá no te hubiera tenido yo aun la tendría conmigo, ella me habría criado en lugar de la nana Cathy. Yo abría crecido como hijo único, gozando del amor de madre que tú me arrebataste y todos los beneficios y lujos que te dieron hubieran sido solo míos.
No me malinterpretes, el hacer esto no esta movido por el interés, sino por el deseo de que sepas como me sentí con la perdida de MÍ madre por tu causa. Porque se que si ella no se hubiera esforzado tanto en traerte al mundo seguiría viva.
Todo es tu culpa.
Al fin estoy liberado de mis sentimientos, y te auguro una vida de miseria
Atte.
Tu hermano Ian.
Elizabeth comenzó a llorar, sintiéndose desolada por las palabras que su hermano le dedicaba con esa carta. Estaba triste pero algo en su interior le decía que no debía tomar como cierto el contenido de la carta, que eso que se encontraba viviendo era un sueño y la escena se transformo en ella para en el altar vestida de blanco junto aun hombre desconocido de cabellos rizados y sonrisa encantadora que le recordaba a Nick que en ese momento se encontraba saltando y esquivando obstáculos para llegar hasta ella mientras ella escuchaba las terribles palabras-no entendía porque eran terribles-de ¿Acepta a este hombre como su esposo? ¿Promete serle fiel en la prosperidad, en la enfermedad el resto de su vida hasta que la muerte los separe?
Y ella contesto: Si, acepto; mientras Nick llega junto a ella y gritaba: ¡Elizabeth no lo hagas!- demasiado tarde ya que ella se fundía en un apasionado beso con el desconocido que tenia frente a ella.
Elizabeth se despertó sorprendida mientras Nick la zarandeaba gritando su nombre: -Elizabeth, reacciona.
—Nick eres tú—dijo con tranquilidad Elizabeth que noto que estaba toda sudada.
—Pues quien creías que era ¿El perro?—dijo irónico Nick mientras miraba a su amiga —
¿Te encuentras bien?
—Si. Estoy bien solo fue una pesadilla—contestó Elizabeth.
—Una pesadilla. ¿Me la quieres contar?
—No es algo personal, solo podría contársela a Ian.
—Bueno. Si es así tendrás que esperar a que regrese de Atlanta.
—No esperare mucho, regresa hoy. Mientras me voy a bañar estoy toda pegajosa y
sudada. ¿Puedes pedirle el desayuno a Cathy? Por favor.
—Claro—le contestó su amigo mientras Elizabeth entraba al baño con una toalla y una muda de ropa.
Y hasta aquí del segundo capítulo de esta historia.
Este capítulo y el siguiente se desarrolla en el mismo tiempo solo que uno es sueño y otro realidad
Espero hayan disfrutado del capítulo y no olvides comentar porque de eso vivimos los escritores
Besos


OMFG! Dios mio.... estuvo super fuerte este asunto.. D: pero eso no es lo que piensa su hermano vdd? Es solo un sueño!!! ahora siguen mas emociones... no tardes en subir preciosa :D xoxo
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